En el cuadro Hieronymus Bosch llamado “El
jardín de las delicias” se dibuja los placeres carnales
de la humanidad y qué pecado más perverso y sexy que la lujuria. Qué tanto se
peca cuando se vive y hasta dónde llegamos cuando hay sustancias de por medio.
La lujuria refiere
a la atracción sexual, sin embargo, tener sexo no es ninguna ofensa, sino las
perversiones que surgen a partir del sexo. Hasta dónde somos capaces de llegar
con tal de disfrutar el placer.
Las relaciones
humanas han evolucionado, o mejor dicho cambiado desde que la lujuria se
convirtió en pecado, hoy el sexo puede ser por teléfono, hay ciber-sexo, sin
mencionar los juguetes varios para sentir y experimentar más sensaciones en
este goce. Aunque hay algo que no ha cambiado del todo, el sexo y las drogas es
una relación que ha existido desde hace miles de años, en tribus y ritos, hasta
nuestros días.
Qué tan dañino es y
qué se siente cuando hay estupefacientes o sustancias químicas en el cuerpo
mientras se tiene sexo, cuáles son las que se usan, aquí las respuestas que
buscabas.
Durante los
ochentas surgió el boom de la cocaína, droga que se popularizó y llegó gracias al
estereotipo del rock star que vivía una vida de lo
más alocada y divertida. Sex, drugs & rock and roll fue el lema de muchos que hoy siguen experimentando.
Una noche salvaje
con chicas, sexo duro y rudo es el sueño de muchos, sin duda la “coca” estimula
las sensaciones corporales por lo que aumenta la excitación y la respuesta
sexual. Propicia un estado ilusorio en el que te sentirás más confiado y con
mayor vitalidad física, lo que aplicarás a la hora de ligar, la experiencia que
jamás imaginaste.
Aunque, siendo una
sustancia que afecta directamente el sistema nervioso central puede disminuir
el funcionamiento sexual provocando disfunción eréctil o, en el caso de lograr
la erección, se produce el priapismo que es la erección con dolor. Nada sexy
eh!
Aunque puede ser la
panacea para muchos, bajo los efectos de esta sustancia se puede perder la
sensibilidad y no llegar al orgasmo provocando frustración y episodios
violentos, toda una experiencia para quienes tengan pensado cumplir lo que
aquella canción de Nirvana “…It makes me lose control, it makes me go
insane. I wanna a girl that does cocaine…”
Popper pop
¿Quién no ha
escuchado de los famosos poppers? Son tan famosos que incluso se venden en
sex-shops, se trata del Nitrito de anilo, un vasodilatador que genera una
relajación de los vasos sanguíneos, por ende de los músculos anales y
vaginales.
Se usa por su
sensación de euforia y maximización de las sensaciones, dotes que en el sexo
dejan una experiencia placentera full. Los efectos
son cortos, ideales para los hombres que esperan un encuentro inolvidable y
fugaz.
Desafortunadamente,
los efectos secundarios varían desde la hipertensión hasta el infarto,
dependiendo del organismo de cada quien. Las consecuencias que no varían son
los riesgos de contagio de VIH o enfermedades de transmisión sexual por el
descuido y el calor del momento que dejan de lado la seguridad y la prevención.
Coctel blue
Cada vez son más
las mezclas de sustancias para aumentar las sensaciones y la lujuria cuenta con
una gran variedad, cocaína y popper, GHB (Gamma-hidroxibutírico) con S&M, pero
el rey de los cocteles para despertar el pecado erótico es el VIAGRA y MDMA
(éxtasis).
Toda una carga de
neurotoxinas que estimulan los órganos sexuales y la oxcitocina del cerebro
para dar rienda suelta a la más larga y placentera noche jamás soñada. Este
combo fue popularizado en los afterparty más
selectos. Logra una sensación de explosión de cada célula al tacto, no por nada
el éxtasis es conocido como la droga del amor.
Los inconvenientes
de dicha mezcla son muy peligrosos, es una gran bomba para el corazón, a veces
deja un destello azul lo que da la sensación de ver en ese tono. El peor de los
efectos es la pérdida de la erección como en todas las drogas, lejos de
acercarte a un placer inolvidable, te puede llevar por el peor de los
infortunios.
Dante Aligieri define la lujuria como el amor desmedido hacia otra persona, con las drogas ese amor se convierte en posesión, lejos de acercarte a tu pareja, te aleja y extravía en otra realidad. Tú decides hasta dónde quieres llegar, sólo recuerda que a cada decisión le sigue una reacción y a veces no es la que se espera. Cuídate!
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